domingo, 27 de diciembre de 2015

Del chingar y ser chingado

Es sorprendente, no lo considero normal, como la gente no sabe utilizar los espacios públicos: ceder asientos a personas de la tercera edad, a discapacitados y mujeres embarazadas; circular por la derecha y rebasar por la izquierda; respetar las líneas de cebras, los semáforos; antes de entrar, permitir salir; pedir permiso en lugar de un empujoncito; entre otras más que incluyen automovilistas, peatones y ciclistas.

¿Cuál es la razón de este comportamiento? Todo viene de una palabra, un verbo, que en el inconsciente del mexicano particularmente es usada, pensada y vivida, recordando a Octavio Paz en "El Laberinto de la Soledad" (1950), en esa premisa: ya chingué. Palabra terrible, de mala educación, falta de ética, sin consideración, sumamente descortés, entre más aspectos que hacen una larga lista. Dice Paz que "es una voz mágica", de magia oscura, siguiendo su argumentación en el ensayo sobre esta palabra porque tanto en su doble sentido de violencia y humillación, deja entrever inclusive en argumentaciones que fácilmente la esconden sin llegar a manifestarse como tal, una terrible realidad: la autenticidad del mexicano. O en palabras de Paz: "para el mexicano la vida es una posibilidad de chingar o de ser chingado [lo que provoca] esta concepción de la vida social como combate engendra fatalmente la división de la sociedad en fuertes y débiles" (Paz, 1950).

Fatalmente, día a día, chingar o ser chingado es un juego de una moral y de una psicología que mantenemos en nuestro día y nos da orgullo, falso por supuesto, porque entonces dónde queda la justicia, dónde la igualdad que tanto "pregonamos", "deseamos", "luchamos". Bajo estas condiciones no las hay, la incongruencia de nuestra falsa y verdadera autenticidad nos lleva a un fatalismo que crece exponencialmente sumado al individualismo, presentismo y consumismo de nuestras sociedades actuales. Terrible condición nos hemos impuesto.

Entonces, mexicano no importando edad, condición social y preferencia sexual, tú que chingas y te han chingado porque en algún momento habrás experimentado uno, otro o ambos, ¿dimensionas tu responsabilidad?

Nota al texto: Reflexiones derivadas al visitar el Centro de la Ciudad de México en sábado, irónicamente, entre la Noche Buena y Navidad de 2015 y, Año Nuevo de 2016 donde según, ¿hay paz, amor y buena voluntad? (sarcasmo).

 Publicado primero en Facebook el 26 de diciembre de 2015. Fuente: https://www.facebook.com/oquitzin.azcatl/posts/10207733077635182
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Ollin Tlatoa por José Daniel Guerrero Gálvez se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional.
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