martes, 28 de mayo de 2013

Reflexiones sobre la verdad

Entre los siglos XIX y XX, Campoamor en su poema "Las dos linternas" dice aquella frase célebre "... nada hay verdad ni mentira: todo es según el color del cristal con que se mira" (Campoamor: 2000, 1905). En el poema relata como dos hombres poseedores de dos linternas observan con ellas diferentes aspectos de la vida y sirve para ejemplificar lo que es la verdad o verdades y de qué dependen.

Definir a la verdad es uno de los primeros pasos, el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) posee siete acepciones de este concepto, como realidad, conceptos formados en la mente, la correlación entre lo que se dice y se piensa, como juicio o proposición, como cualidad o expresión. Todas estas definiciones separadas no muestran más una parte del significado de verdad y que sólo en su conjunto es como se da valor a su significación. La verdad se resume en dos partes importantes en lo que es y en su producción lo cual se encuentra relacionado con la epistemología y la ontología, como se llega a la verdad y lo que es. Para empezar, la verdad no es una sino muchas, son verdades que derivan en la forma como los conceptos se construyen en nuestra mente y que a su vez estas construcciones están determinadas por el contexto; es decir, las perspectivas con que se estudian las cosas limitadas por el mismo conocimiento adquirido a través del lenguaje desarrollado por una sociedad y una cultura en específico.

¿Cuál es el problema? El problema está en la afirmación ("nada es verdad ni mentira"), es necesario transformarla en un pregunta: ¿cuándo es verdad, cuándo es mentira? En la actualidad -en el pasado también-, la construcción del conocimiento ha tenido perspectivas diferentes y en algunas ocasiones falacias que con el tiempo se corrigen a través de la generación del conocimiento derivado de la investigación pero la diferencia entre pasado y presente es la cantidad de información que tiene disponible una persona. La tecnología informática y computacional permiten que la información esté disponible de forma inmediata lo que no ocurría en los siglos pasados, la naturaleza múltiple de la verdad se amplifica por esta situación pero no sólo eso sino también sus contextos, el lenguaje, la sociedad y la cultura de donde depende.

¿Cómo reconocer cuándo es verdad o mentira en el alud de información que en la actualidad una persona puede tener acceso? La respuesta: comparando esas verdades cuando se dan en un mismo lenguaje y cuando no, "... aceptar [las verdades] como distintas perspectivas del mismo fenómeno" (Gershenson, 2013). Esta consideración del lenguaje que bien se construye social y culturalmente tiene una limitante, el lenguaje se desarrolla en variedades lingüísticas sociales y geográficas reconocibles por lo menos como dialectos, cronolectos y sociolectos. En el caso de la primera se puede ejemplificar por la variedad de tipos de español que se hablan en América y Europa, que las Academias de la Lengua Española buscan estandarizar para crear un lenguaje común que permita comunicar libremente las ideas sin caer en ambigüedades de ahí la importancia de cultivar el lenguaje, más si es el propio.

Cuando las verdades no comparten un mismo lenguaje inclusive en los lenguajes formales como es la Matemática necesitan de una comprensión lectora para poder utilizarlos en la solución de problemas de manera general y de forma más extendida en la búsqueda de verdades, requieren del uso de un lenguaje natural. Es en esta circunstancia donde las verdades se aceptan como distintas perspectivas pues el lenguaje depende de la sociedad y la cultura; por deducción podemos determinar que sociedades con distinto idioma tendrían en sí un desarrollo de lenguaje diferente y por consiguiente determinaría el grado de objetividad y subjetividad de las verdades. Desde una perspectiva de aplicación, las verdades sólo se encuentran considerando las interrelación del lenguaje, la sociedad, la cultura y el contexto; por ello, el cultivo y conocimiento de nuestro lenguaje, de la sociedad en que vivimos, en la cultura donde nos desarrollamos y los diferentes contextos en que estamos inmersos pero principalmente en el conocimiento de otras culturas en una relación de interculturalidad será la forma de saber cuándo algo es verdad y cuándo es falso
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Campoamor, R. (2000). Doloras y humoradas. Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Original de 1905. Disponible en http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/doloras-y-humoradas--0/html/
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Ollin Tlatoa por José Daniel Guerrero Gálvez se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional.
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