lunes, 21 de diciembre de 2009

Reseña: Los siete saberes necesarios para la educación del futuro de Edgar Morin

Libro: Morín, Edgar. Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. México, Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, 2001. 109 págs.

En la actualidad el tema de la educación preocupa a muchos, particularmente a organizaciones internacionales, gobiernos y entidades económicas pues en ésta descansa el futuro de pueblos, naciones y el mundo entero; también, la educación es un bastión de poder en donde se puede dogmatizar, instruir, capacitar, aleccionar y/o adoctrinar a las personas. En particular, una de las principales organizaciones internacionales, la UNESCO, preocupada en gran medida en el futuro de la educación y sus repercusiones en las sociedades actuales ha promovido líneas de investigación para crear el debate con respecto a este tema. Existen dos aspectos en las que se preocupa este organismo: el futuro viable donde “... la democracia, la equidad y la justicia social, la paz y la armonía con nuestro entorno natural deben ser palabras clave de este mundo en devenir”; el otro aspecto, la educación como “... la fuerza del futuro porque constituye uno de los instrumentos más poderosos para realizar el cambio”.

No es nada nuevo destacar que la configuración de las sociedades en la actualidad no es la misma que los siglos pasados, pero desde la llegada de la electrónica como motor tecnológico ha reconfigurado la forma como se percibe el mundo y lo ha extendido de manera importante, de tal forma que los problemas característicos de nuestras sociedades se fundamentan en tres aspectos que la UNESCO menciona: “... complejidad creciente, la rapidez de los cambios y lo imprevisible que caracteriza nuestro mundo”. Los problemas que plantea la UNESCO tienen una finalidad: la viabilidad y durabilidad. Pero, ¿qué es lo que significa viabilidad? El Diccionario de la Real Academia Española lo define como una cualidad de vivir con fuerza, robustez; por otra parte, la cualidad de durable se define como la subsistencia, la permanencia de las cosas, en este caso de las cosas necesarias para que las sociedades funcionen.

Ambos conceptos definen a la sustentabilidad como las acciones y efectos que producen la conservación y defensa. Con base en ésto, el futuro como lo visualiza la UNESCO debe ser sustentable y con base en ésto, pretende abordar el problema alrededor de este concepto al solicitar a Edgar Morín analice la educación desde una perspectiva compleja y abrir un diálogo abierto frente  los problemas que la UNESCO ha manifestado. El resultado de ésto es el texto Los siete saberes necesarios para la educación del futuro.
Antes de comenzar a analizar el texto, es necesario definir con precisión el término complejidad para evitar caer en un sofisma que no permita realizar un análisis objetivo o por lo menos una primera aproximación al texto de Morín. El Diccionario de la Real Academia Española define la complejidad como una cualidad en la que se determina que algo está compuesto de elementos diversos aunque también refiere, en una segunda acepción, a un sinónimo de  complicado, enmarañado o difícil. ¿Cómo define lo complejo Morín? En una revisión de la obra de Morín se encuentra que su definición de complejidad se ajusta a la primera definición. Eso quiere decir que los elementos que conviven en la complejidad poseen muchas dimensiones y que explica de manera extensa en toda su obra y particularmente en el libro que se analiza, particularmente el ámbito educativo.

¿Cuáles son los siete saberes que desde la teoría compleja, Edgar Morín nos ofrece para una propuesta para la educación del futuro que sea viable y durable, es decir también sustentable para afrontar los problemas de incertidumbre y rapidez que en la mayoría de las ocasiones se convierte en urgencia, además de la comprensión de las relaciones de los elementos que determinan esta complejidad que no sólo crece sino que también se expande? En realidad es una pregunta que tiene muchas aristas que no se logran comprender sino se tiene el fundamento de la teoría de donde proviene, en este caso de la teoría compleja de E. Morín. La primera, el conocimiento debe conjuntar las diversas formas que se presentan evitando caer en una tendencia dogmática, adoctrinadora, a esto se refiere Morín al comentar sobre el error y la ilusión inherentes en la construcción del conocimiento como un obstáculo en la viabilidad del futuro. El segundo saber, la pertinencia del conocimiento que advierte sobre la fragmentación del mismo que no permite interpretar de forma precisa los problemas que el ser humano enfrenta; la intención consiste en ubicar en el contexto el conocimiento e integrando cada una de las áreas del conocimiento siguiendo el desarrollo de una “... aptitud natural de la inteligencia humana”. El tercer saber, la enseñanza de condición humana en donde se determina las relaciones de la unidad y la diversidad de lo humano; es aquí donde se conjugan las relaciones de pluriculturalidad, multiculturalidad, transculturalidad e interculturalidad de los pueblos y sociedades del mundo. La identidad terrenal como el cuarto saber se aboca a enseñar la relación del hombre y su medio ambiente como un integrante más de ecosistemas, de forma particular y el entorno planetario más ampliamente. El quinto saber relacionando con los vertiginosos cambios dentro de las sociedades promovidos por la tecnologías electrónicas sin duda también en las fusiones de éstas con la biología, Edgar Morín presenta principios que hagan a un lado los conocimientos que basan su existencia en el determinismo para dar paso a conceptos más dinámicos que permitan afrontar nuevas realidades y con ello, solucionar problemas que de antemano se puede observar en el mundo, poco a poco se han convertido en antiquísimos dando pie a la pérdida de sentido y convirtiendo a la modernidad en postmodernidad. La comunicación, el problema de la intersubjetividad que la filosofía ha manifestado es el sexto saber que aborda Morín determinado en la comprensión como un “... tiempo, medio y fin de la comunicación humana”. Por último la ética humana desde sus diversos niveles (individuo, sociedad y especie) será la directriz que guíe el comportamiento humano e integre los anteriores saberes antes descritos de manera general.

Cada uno de estos elementos es necesario estudiarlos con detenimiento y construir una base de conocimientos que permita constituir una vida en el futuro viable, o en otras palabras no tienda a la destrucción. La educación basada en estos saberes y junto a la reflexión sobre la  vocación, la libertad, la ciudadanía, la comunidad, la democracia, el socialismo y posiblemente en la construcción de nuevos modelos económicos evitando los ciclos interminables de crisis económicas que sólo promueven malestar dentro de la sociedad, permitan construir una alternativa viable y duradera, sustentable como es la intención de la UNESCO.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Reseña: Eros en el aula de Miguel Escobar Guerrero; un acercamiento a la pedagogía erótica

Libro: Escobar Guerrero, Miguel. Eros en el Aula. Diálogos con YMAR. [En línea]. Disponible en: http://www.lrealidad.filos.unam.mx/eros_en_el_aula. [Consulta Noviembre 10, 2009].

Un primer cuestionamiento que viene a la mente es la posibilidad de relacionar el eros con el aula derivando una preocupación que este dios mitológico se encuentre dentro del espacio considerado para la formación e instrucción de jóvenes generaciones. Para empezar es importante analizar el contexto y determinar ciertos referentes que permitan comprender como el autor, Miguel Escobar, llega a construir esta idea que, de entrada implica cierto grado de escándalo o por lo menos de reserva. Éstas situaciones nacen del significado actual de la palabra. El Diccionario de la Real Academia Española la define como un “conjunto de tendencias e impulsos sexuales de la persona”. Nada más lejos de la realidad de lo que Miguel Escobar explica en su libro; él va más allá del significado actual, recupera el significado etimológico de la palabra y nos muestra su origen, su razón de ser, su significación y su forma que nos lleva a pronunciar una sola palabra: amor.

Amor en el aula es la idea que Miguel Escobar nos ofrece a lo largo de las páginas dedicadas a la pedagogía erótica. Es también importante decir que lo erótico -otra palabra que rescata el autor-, no es necesariamente lo que parece como ha ocurrido con la palabra eros. La intención de la palabra erótica que califica a la pedagogía de Miguel Escobar no se traduce en la excitación del apetito sexual sino en el apetito de conocimiento a través del amor, es decir en la necesaria conformación de la sociedad que por demás muestra una clara declinación en la manos de un liberalismo que se dice ser nuevo, de la “mano invisible” del mercado y de una visión utilitarista como resultado de la conjunción de los elementos que promueven una destrucción del ser humano. El autor lo identifica a través del psicoanálisis social como la pulsión de muerte tomando los escritos de Freud y de su mentor Fernando Martínez. La propuesta consiste en renovar el significado del eros desde la perspectiva del amor, seduciendo hacia una amor sensual es decir, que satisfaga los sentidos, deleitándonos con el conocimiento dentro del aula. El mismo autor lo afirma cuando dice:

Pero toda esta investigación sobre la lectura de la realidad, YMAR, gracias a nuestro erotismo, me llevó a la pedagogía erótica, a entender desde ella al acto pedagógico como un acto de pulsión de vida y, por lo tanto, de observación y de análisis de lo que sucede actualmente en el aula –reflejo de alguna forma de lo que sucede en el ámbito social−, o sea, reflejo de la muerte del conocimiento como esperanza, como utopía, como lucha; el reinado de la pulsión de muerte.1

Eros: amor, erotismo: deleite y gusto, seducir: cautivar hacia el conocimiento son los tres elementos que conjunta Miguel Escobar para tranformarlo en una metodología, en un camino, una alternativa educativa que resista no en el sentido de tolerar, aguantar o sufrir, tampoco en el de combatir  como primera instancia sino en la oposición de las acciones o violencias que la actualidad se manifiestan a través de los modelos económicos y políticos que dejan a un  lado el desarrollo de un modelo social más justo, más equitativo y que nos muestra el autor a través del diálogo con YMAR, su musa, permitiéndonos experimentar esa seducción desde una situación cotidiana como es el cultivo del amor entre dos personas. El diálogo lleva a través de diversos matices que hacen recordar muchas de la problemáticas actuales  y que el autor nos deja entrever entre líneas aquellas ínfimas trazas de inconsciente que el ser humano posee, que dejan una huella perturbable durante toda la vida y que produce la pulsión de destrucción que Freud aborda en El malestar de la cultura. La propuesta de Miguel Escobar de cambiar la pulsión de destrucción por una pulsión de vida, Eros en lugar de Thanatos traducida a una pedagogía erótica no sólo ve nacer en la cotidianidad que el diálogo con YMAR ofrece sino también en los escritos de Freud y los de Fernando Martínez en el ámbito del psicoanálisis social, también se enriquecen con las ideas de Paulo Freire y las ideas surgidas del Movimiento Zapatista. Ésto implica que Eros en el aula, no sólo permanece en el teoría estática sino que se manifesta en su propia dinámica abordando estos conceptos que de antemano derivan en problemáticas muy agudas en las sociedades de nuestro tiempo como es el problema de la intersubjetividad, la pluralidad, la vocación, entre otros más. La Pedagogía erótica, eros en el aula nos impone en la reflexión necesaria de nuestro tiempo no en la medida de dogmatizar sino de liberar al ser humano de la pulsión de muerte. La propuesta en sí es interesante, más porque busca relacionar esos mundos hoy excluyentes del aula y la realidad a través de un método que sirve a Miguel Escobar como guía de sus investigaciones: La lectura de la realidad en el aula.

Notas
1 Miguel Escobar Guerrero. Eros en el Aula. Diálogos con YMAR. [En línea]. Disponible en: http://www.lrealidad.filos.unam.mx/eros_en_el_aula. [Consulta Noviembre 10, 2009]. Pág. 92.

jueves, 23 de abril de 2009

La educación y la Revolución Mexicana

¿Cómo podemos transformar una sociedad sino se tiene conciencia de nuestra historia? Esta falta de memoria es un síntoma de nuestro tiempo y eso han manifestado diversos autores, uno de ellos es precisamente Eric Hobsbawn cuando dice:

La destrucción del pasado o más bien de los mecanismos sociales que vinculan la experiencia contemporánea del individuo con la de generaciones anteriores es uno de los fenómenos más característicos y extraños de las postrimerías del Siglo XX [es decir,] hombres y mujeres [...] crecen en una suerte de presente permanente sin relación orgánica alguna con el pasado del tiempo con el que viven.1

Este síntoma es un mal de nuestro tiempo que se ha integrado a la vida cotidiana de las personas. Pero qué hay de los profesionales de la educación, en caso particular, los pedagogos que inmersos en la vastedad de la educación, en ocasiones implementan o más bien, implantan estrategias educativas diseñadas para un tipo de sociedad diferente, dejándose llevar por la ilusión que la educación es la panacea, la solución de todos los males. Posiblemente, la solución o el problema no está en la educación sino en el ser humano.

¿Cómo implementar estrategias educativas si no se conoce la historia de una sociedad? Es como construir una casa sin cimientos que inevitablemente se derrumbará; final análogo de muchas estrategias educativas que por su naturaleza son buenas pero han fracasado por diversas circunstancias y entre éstas, el pobre conocimiento de la historia, en caso particular, de México. ¿Qué factores influyen en el fracaso de estas estrategias? Uno de estos factores es el cambio en el orden político, económico o social sin importar donde provenga, éste producirá una transformación. En el caso de México, la Revolución Mexicana determina esta transformación social en el cual se destruye el sistema promovido por un Estado oligárquico y neocolonial para pasar a otro tipo de Estado que buscaba reorganizarse y consolidarse en la primera mitad del Siglo XX.2 El periodo de la Revolución Mexicana se ubica en tres fases determinantes para su estudio. De 1908 a 1911 se manifiesta como un movimiento político donde la oposición electoral era la principal herramienta de contienda para buscar la transformación del país; después de 1911, el movimiento abandonó el terreno político para convertirse en un movimiento social más amplio que integra cada uno de los estratos sociales en ese tiempo, hasta llegar a los años de 1913 y 1914, en un periodo revolucionario que servirá de ajuste y fundamentación de un Estado que determinará su hegemonía en los años siguientes.

Pero, ¿qué ocurre con la educación durante estos años que la transformación social es intensa? En el periodo del Porfiriato surgieron grandes pedagogos preocupados por las condiciones educativas del país, principalmente por el abandono de la eduación en el ámbito rural.3 Todos estos pedagogos comaprtían la idea que "la educación popular era universalmente reconocida como el instrumento único que podía conducir al país a tan ansiado progreso"4 El problema no radica en que si la educación llegaba o no a los ámbitos rurales sino en la idea de tener una visión de un México fragmentado; de ahí parte la hipótesis que la educación no es el problema sino el hombre en sí mismo. La población indígena era -y lo sigue siendo-, la excluída de muchos beneficios de una sociedad porfirista, revolucionaria y postrevolucionaria, cuya herencia llega hasta el México contemporáneo. Este hecho es una constante en las tres etapas de la Revolución y se puede constatar la posición indígena en este periodo en los números 3 y 4 del Boletín de Instrucción Pública:

¿Cómo ha de poder esa raza indígena constituir una fuerza viva en la nacionalidad mexicana, cuando carece de la comunidad del lenguaje y cuando por tal carencia no hay homogeneidad entre sus hábitos y los del resto de la población mexicana y hay una distancia inmensa en cuanto a sus ideales5

Entonces, ¿cuál era la relación entre los indígenas y el resto de la población mexicana? Pues hay una clara división que los indígenas no son mexicanos y que se pretende que lo sean para quen constituyan "una fuerza viva en la nacionalidad mexicana". El estudio de este periodo da pistas de esta relación que hasta  estos tiempos se mantiene como un problema educativo; ejemplo de esto es la iniciativa de ley de las escuelas de instrucción rudimentaria en 1911 que su intención más que promover una educación popular sirvió como "... medida urgente del régimen pofirista ante la acción revolucionaria de los maderistas".6 Se constata con otros hechos esta visión de los indígenas de forma constante: Vasconcelos y su ideal de "raza cósmica",7 la conveniencia del grupo de poder en consenso con las bases sociales para mantener su hegemonía,8 la escuela como motor para el desarrollo económico buscando una integración por medio de este y no por una identidad cultural,9 entre otros más.

¿Cómo implementar estrategias de educación con una visión fragmentada? ¿Cómo entender a la educación mexicana sin considerar a toda su población? Son preguntas que derivan de este periodo histórico de la Revolución Méxicana, que aún tienen vigencia y posiblemente la seguirán teniendo. Pero algo más se debe reflexionar y siguiendo la tradición de pertenencia en la pedagogía, posiblemente el Sistema Educativo Méxicano se ha esforzado en promover una pedagogía de la exclusión y los profesionales de la educación en cierta medida no han podido concretar una solución real al problema o bien, se han dejado seducir ante la costumbre del consenso dejándose llevar por el tobogan de la hegemonía de los grupos de poder.

Notas
1 Eric Hobsbawn. (1995). "vista panorámica del Siglo XX" en Historia del Siglo XX. Barcelona: Crítica. p. 1.
2 Javier GarciaDiego. (2004). "La Revolución" en Nueva Historia Mínima de México. México: COLMEX/SEP. p. 225.
3 Josefina Z. Vázquez. (2000). "Revolución Mexicana". En: Nacionalismo y Educación en México. México: COLMEX. pág. 105.
4 Loc. cit.
5 Boletìn de Instrucción Pública, números 3 y 4 (1912). Pág. 349 apud Josefina Z. Vázquez. (2000). "La Revolución Méxicana". En: Nacionalismo y Educación en México. México: COLMEX. pág. 106.
6 Carlos Gómez Nava. (2001). "La Revolución Mexicana y la educación popular". En: Historia de la educación pública en México. México: SEP/FCE. pág. 127.
7 Carlos Ornelas. (1995). "El cambio profundo: La creación de la Secretaría de Educación Pública" En: El Sistema Educativo Mexicano. México: FCE. págs. 99-106.
8 Lorenzo Meyer. (2002). "La institucionalización del nuevo régimen". En: Historia General de México. Versión 2000. México: COLMEX/Centro de Estudios Históricos. Págs. 823-846.
9 Carlos Ornelas. (1995). "Los tiempos de Bassols: La segunda reforma profunda" En: El Sistema Educativo Mexicano. México: FCE. págs. 106-115.
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Ollin Tlatoa por José Daniel Guerrero Gálvez se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional.
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